En los castañares de El Común podemos encontrar varios modelos o sistema de cultivo desde el castañar que proviene de un antiguo bosque de castaños con árboles centenarios, castañares cultivados con un sistema tradicional hasta modernas plantaciones que están a la vanguardia de la castañicultura.

Algunos castañares proceden de antiguas “paleras” (bosque de castaños para aprovechamiento maderero) que fueron aclarados, trasmochados e injertados con verata para la producción de fruto.

El cultivo tradicional se realiza en condiciones de secano. Se plantan a un marco amplio de 18×18 con una densidad de 30 árboles/ha, con planta de castaño reboldano o bravío que se trasplanta de los chirpiales de los bosques de castaños. Aproximadamente a los 10-12 años de la plantación, cuando alcanza un grosor de 10-15 cm se les injerta de la variedad verata. Esta operación se realiza con un trasmochado en el invierno, dejando alguna rama para que “respire” y que actúa como tirasavias.

El árbol trasmochado durante el periodo vegetativo emite cantidad de chupones vigorosos, que son aprovechados en el verano para injertar a yema dormida, que brotará en el siguiente año o periodo vegetativo.

La estructura tradicional del castañar nos puede recordar al de la dehesa con marcos amplios de plantación, árboles de porte abierto, formados a tres o cuatro brazos,  a los que regularmente cada 4 o 5 años se les realiza una poda frutera para aclarar la copa para que entre bien la luz para favorecer la fructificación del árbol y obtener castañas de mayor calibre.

En cuanto a la gestión del suelo, se mantiene con una cubierta vegetal temporal donde se deja que se desarrolle una diversidad de especies herbáceas que sirven para proteger al suelo de la erosión. En los meses de mayo-junio se les realiza una labor superficial para eliminar la cubierta vegetal, con ello también conseguimos acelerar la degradación de las hojas y los erizos, aportando así nutrientes para el árbol, además con esta labor se rompe la capilaridad del suelo y optimizamos el agua para que no se pierda por evaporación. Después de esta labor se realiza otra, donde se “taramea” para allanar el suelo y dejarlo liso para favorecer la recogida de la castaña.

Con el ánimo de mostrar  otros modelos de castañicultura moderna y rentable, estamos realizando nuevas plantaciones de castaño acordes con unos  criterios de fruticultura moderna. Contamos con una parcela experimental de 20 ha donde se están cultivando nuevas variedades de castaña y se están probando novedosas técnicas de cultivo. Por un lado se están plantando castaños con patrones híbridos resistentes a la tinta, micorrizados con hongos de interés comercial como el Boletus edulis con el objetivo obtener otro aprovechamiento complementario a la producción de castañas. Parte de estos castaños híbridos están injertos de la variedad negral y judía, que son de excelente calidad para marrones. Otra parte de la plantación son variedades modernas de híbridos productores de castañas de gran tamaño y maduración temprana como  soutovello, terra, marigoule y bouche de betizac.

En dicha parcela experimental, también se vienen desarrollando, a veces en colaboración con técnicos y centros de investigación, novedosas técnicas de cultivo; desde el control de la erosión con cubiertas vegetales, ensayos de fertilización con abonados de precisión, aplicación de abonos verdes, fertilización foliar, así como otras técnicas de sistemas de riego eficientes o la gestión integral de plagas y enfermedades.

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